Mujeres Rurales

Hace 30 años que vivo en Tierra del Fuego. En aquel entonces, muchas historias iban conformando el mapa de esta tierra que lejos estaba de parecerme el fin del mundo. Si bien llegué a Río Grande un 20 de Julio del año 1992, mi lugar de residencia sería Ushuaia. Hoy, en retrospectiva, ese camino que unía una ciudad con otra me parecía eterno. Leí varios libros para entender su historia, su creación, su transformación y por sobre todo, su cultura, la ancestral y la que se construyó y se construye. Con el correr de los años, el crecimiento de mis hijos y mi profesión, encontré en los paisajes de la provincia paletas de colores que perfectamente se complementan según el entorno; aromas, prácticas y tradiciones que delinean costumbres, contrapuntos entre la estepa y la nieve; entre lo terrestre y lo aéreo; entre el campo y la ciudad; entre lo rural y lo cosmopolita. Sigo avanzando, sigo disfrutando de este territorio que, literalmente, es el Sur del Mundo y entre mis recorridos y distintas estadías, los paisajes se fueron habitaron con su gente; la zona norte, el corazón y el sur del sur. Entendí las diferencias aunque no las haya vivido y, como siempre digo, alejando la mirada el mapa se completa. Volví a los libros y a las investigaciones ajenas pero me faltaban voces, voces que no podía encontrar, voces que llenaron el paisaje de historias, sacrificios, alegrías y anécdotas pero que someramente aparecían contadas por otros.

Bastó con identificar la ausencia para querer ahondar un poco más. Los territorios no se habitan solos; poblar involucra cuidar lo existente, educación, sustento, prácticas, amorosos silencios, sostener o modificar costumbres y mandatos, perdurar y honrar lo hecho, saber entregar las riendas en tiempo y forma.

Las palabras de las Mujeres Rurales de Tierra del Fuego contadas en 1ª persona no se leen en alguna página o, mejor dicho, son una página en blanco en la conformación del territorio, del patrimonio cultural inmaterial de nuestra hoy provincia de Tierra del Fuego. Ellas guardan el recuerdo de sus abuelas o madres en el relato de ese 1er encuentro con los pueblos originarios; del pasaje de ancestralidad a colonia agrícola; del ser maestra rural o de las horas transitadas del campo a la escuela donde no alcanzaba el tiempo para volver a casa; relatos propios del conflicto de Malvinas; de dirigir cuadrillas de esquila o hacer el ordenamiento nacional de la clasificación de la lana; de su incorporación a las asociaciones originalmente presididas por hombres; de su rol en la creación de la provincia y su política; de sus roles benéficos. Como en el proceso post esquila, lentamente se lavó la lana para desempolvar recuerdos, se los cardó cuidadosamente en las frases que referencian a Clarita y lamentan su ausencia, se los hilló en el traslado de Harberton a Viamonte o en la fundación de las Eas. 1º y 2º Argentino; rápidamente se armó la red, las palabras y las imágenes salían solas y Yo, sin la más mínima intención de teñir sus historias, sólo me dediqué a escuchar el privilegio que emocionaba sus ojos y los míos. Sólo transcribo y me maravillo, sólo observo sus manos, su piel y sé que hay una gran historia en las voz de estas mujeres que, seguramente revalorizará el sentir y las tradiciones de Tierra del Fuego. El Sur del Mundo.